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Recuerdo un olor, a veces, incluso en sueños.

El olor de la hierba recién cortada, cuando siendo yo muy pequeña acompañaba a mi abuelo a recogerla.

Es un olor distinto si la abrazas para amontonarla lo más cerca posible del cestón que finalmente la depositará en el carro.

Creo que la razón por la que lo recuerdo tan exactamente se debe a que engloba otros muchos, el olor a leche recién ordeñada, el de la nata que guardaba mi abuela cada mañana, el de las tortas de maíz para desayunar.

Tampoco son esos los importantes, sino que todos juntos me recuerdan los más deliciosos de los olores, el del cariño, el de la seguridad, el de saberme "yo".

Blanca Sandino

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1 comentarios:

On 14 de noviembre de 2009, 16:36 , Laxmi dijo...

Me ha encantado este relato porque tiene el verdadero significado de la seguridad del cariño y los olores.
Si sigues así seras una buena escritora.