•19:55
No pude transformarme en princesa porque el imbécil seguía mirando sonriéndose, burlón no creía en la magia, en lo que se ve en nuestro interior. Sin tener que pasar por nuestras retinas. Mi vida siguió sin sueños, sin duendes, aburrida. Iba perdiendo el aliento minuto a minuto, segundo a segundo, pero un día un rayo de sol interrumpió mi sueño y me traslado a mi realidad. Mi alma necesitaba una alma gemela y no a un enano burlón.
Soledad Braza
1 comentarios:
Muy acertada la princesa....Sisi.