•13:23

  Otra tarde más





Blanca como cada tarde después del almuerzo se pierde entre los utensilios de cocina, los deja caer de golpe al limpiarlos, suspira, se irrita con la cesta del pan que siempre se resiste a entrar en el pequeño mueble, 30 largos años juntos, en esos momentos de sus vidas ella quiere presente, él deja pasar el tiempo.

Cuando ella coloca milimétricamente la planta en el centro de la mesa del comedor, Fabio ya ha entrado en el letargo de cada tarde, engullido en el verde sofá.

Lo observa, sus marcadas arrugas, su pelo escaso. Al verlo cabecear ante la inercia de la posición adoptada,, le parece mucho mayor. Otro suspiro.

El aire se hace paso, no sin dificultad, en su pecho, sus pasos apesadumbrados la acompañan al dormitorio, donde descubre sin asombro, a un fornido hombre en su pulcra cama.

De inmediato la requiere con unos vivos y bellos ojos, que le desarman al instante cualquier atisbo de inapetencia.

El temor que siente al saber a su marido en la habitación contigua, se desvanece con una pasión que envuelve sus sentidos durante años adormecidos.

De repente irrumpe Fabio en su dormitorio y ella … se inquieta, se encoje, y al tocar en una furtiva caricia sus propios labios, se estremece, volviendo....bruscamente a la realidad.





Pilar Ricoy
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