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AROMA



Si las sensaciones fueran tan auténticas y reales como las que sentí ayer , mi alma volvería a renacer, me sentiría niña otra vez. Me propuse ordenar y limpiar el trastero aunque hacía mucho calor, sudé bastante (cosa rara en mí pues apenas si lo hago) cuando por fin terminé, lo único que se me apetecía era una ducha, sentir el agua jabonosa y fría correr por mi cuerpo, limpiándolo y aromatizándolo con el olor del gel de romero.

 Buscaba mi ropa interior en el cajoncillo donde las guardo, al hacerlo percibí un olor muy conocido y añorado, traté de localizarlo, miré por la ventana, viendo el naranjo que me regalo mi madre, fue entonces cuando lo supe, me recordaba a ella, era mi olor tan igual al suyo que lo sentí dentro como si siguiera viva en mi, su aroma se quedó conmigo.

¡ Madre que te fuiste de mis brazos en esa madrugada tan oscura. !
Ayer como para aliviarme, envíaste a mis recuerdos tu olor en esa calurosa tarde de verano, me sentí como cuando era niña, oliéndote, si era exactamente el mismo olor. Tu sudor al contrario de muchas personas era dulce y acariciante, olor a protección, a cariño, a amor ¡ Qué gran regalo me hiciste al dejarme lo que siempre me unió tanto a ti, tu tu aroma


                                                     


Marisa Camacho
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