•9:40

La lista

Cuánta fuerza y qué poca puntería...” resonaba una y otra vez de forma martilleante en la cabeza de Cástulo.
Daba vueltas y más vueltas por la habitación, siempre con el mismo pensamiento: “No quiero, no quiero...pero tengo que hacerlo”
No se mofarían más nunca de su puntería.
Ya sabía quién era el que iba a caer primero, lo tenía claro, siempre lo había tenido.
Luego caería el segundo. A ese se la tenía jurada desde el día que lo conoció y le sonrió con sarcasmo.
Y después el siguiente, y el otro... así hasta terminar la larga lista que tenía ahí, ahí, muy dentro de su cabeza.
En ese momento no oyó cómo a su espalda alguien abría la puerta con mucho sigilo y le decía muy bajito:
“Toma Cástulo, tu medicación, que hoy estás especialmente nervioso”.

                                                                                

Rosario Benjumea
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