•11:12

 

“La lectura es muy perturbadora y uno de los actos más revolucionarios”

El libro especial            


Imaginemos que pudiéramos sumar todas las noches de nuestra existencia y vivirlas seguidas. Lo mismo tendríamos que hacer a continuación, naturalmente, con los días.


Pasaríamos media vida de noche y la otra media de día. Como ahora, pero sin alternar las luces con las sombras. Ya puestos, supongamos que pudiéramos reunir todos los lunes para experimentarlos en fila, uno después de otro. Durante equis años, siempre nos despertaríamos en lunes. Quien dice lunes dice martes o jueves o domingo. Sería horrible, insoportable, lo mismo que reunir todos los inviernos, etc.
El secreto está en la alternancia. La gente se suicida tanto en los países del norte porque cada día tiene la impresión de haberse despertado en el día anterior. Había una película, Atrapado en el tiempo, que trataba un poco de esto.


La repetición está bien cuando se presenta como novedad. Todas las primaveras son idénticas, pero como suceden una vez al año las experimentamos como nuevas. Tal día como hoy, en 2014, eché al estanque del jardín dos peces de colores que se murieron al llegar el invierno. Esta mañana he vuelto a echar otros dos que seguramente perecerán hacia noviembre. Podríamos decir que son los mismos peces, quizá lo sean, al igual que ese amigo al que acabamos de enterrar soy yo. También soy, en alguna medida, el sobrino que acaba de nacer y el tipo al que acaban de amputar una pierna en el quirófano. Soy, si me apuran, los dos peces de colores con los que inauguro cada año el estanque.


Soy la persona a la que más odio, a la que más amo y la que me resulta indiferente. Todas ellas, sin saberlo, son yo. No hay invento más artificial, ni más loco, que el de la identidad.


Imagínense que diéramos nombre a cada uno de los granos de arena de una playa. Esto es lo que venimos a ser, granos de una playa, cada uno idéntico al de al lado, sometidos a los vaivenes de un mundo absolutamente misterioso y caracterizado por la repetición.


Todos los veranos son el mismo verano y todos los éxitos suman un fracaso. A veces, todas las novelas son la misma novela. Pero de repente, un día, tropiezas con un libro especial que hace especial también la tarde de un lunes y comienza una racha de buena suerte, es decir, una racha de novedades.

(Juan José Millás)

A continuación puedes escuchar dos relatos creados por la alumna de Creación Literaria Carmen Crespo Marco.

El cuadro

 

El abrigo  

 

•19:03


Para dejar su nombre  en la historia literaria,  a las mujeres que escribían poesía o prosa les hacía falta un pariente o protector que les facilitara la publicación de sus obras, quedando ellas en el anonimato.
A través de la historia real o de  ficción  en las  novelas y relatos , podemos oír la voz de mujeres que se rebelaron a su tiempo, muchas de ellas para ser ellas mismas, para  decidir o elegir sus vidas. Otras para  conseguir derechos que les fueron vetados, el derecho al voto o a la educación... hasta llegar a una igualdad total,  un camino que se comenzó y que se sigue recorriendo.
                                                          

                                                                                                     

                                                                                                                                                       


                   

                                                              

                                                              
                                                                
                                                                         
                                                             
                                                            

                                                                                        

                                                                                                       
                                                     
                                                  

                                                    
•12:43

 

Este es nuestro homenaje a Almudena Grandes desde el Centro, por eso hemos escrito de sus personajes, de pinceladas breves de sus obras o de hechos de una época que vivimos a través de ellos. Porque se nos fue Almudena, pero quedan sus libros, y es el pueblo quien decide sobre una autora, quien enseña a otras generaciones, quien se apasiona con sus protagonistas o quien revive sus historias.

Son los lectores los que la hacen  hija predilecta de la literatura y sus personajes los que retratan un pasado que nos permite comprender el presente, son los que deciden en definitiva la valía de su obra.

Siempre dio voz a los que no la tuvieron, siempre la tendremos en sus libros, siempre estará en nuestras lecturas.


  


•11:27

Como sabemos el día 25 de noviembre es el día de la Eliminación de la Violencia contra las mujeres, en esa fecha en 1960 fueron asesinadas las hermanas Mirabal por orden del dictador Leónidas Trujillo. Este hecho  junto con muchos otros similares,  han sido reflejados en la literatura por grandes escritores. Un año más trabajamos en  nuestros relatos poemas o microrrelatos este tema , sus protagonistas son  aquellas mujeres que lo han sufrido y lo sufren, pincha aquí para leerlos.

CUANDO EL AMOR DUELE

EL COLOR DE LOS OLORES 

EL CUENTO

ESCAPAR

MARIPOSAS SIN ALAS

ME MUERE

MUJER

LA VECINA DEL 4º C

SEÑORITO DE POSTÍN

SOLEDAD

•18:11

Mi libro favorito y sus  personajes.

Que la lectura es un placer no es un secreto pero, ¿alguna vez os habéis preguntado por qué leer libros nos hace sentir bien? Parece ser que existe una explicación científica a este hecho. Según se deduce de numerosos estudios publicados recientemente en la revista Psychological Science, cuando leemos nos sentimos parte de la comunidad que protagoniza la narración.

Este mecanismo satisface una necesidad humana fundamental,  la de pertenencia a un grupo. Según este estudio, leer libros de ficción que nos involucren emotivamente nos hace mejores personas, ya que ayuda a desarrollar nuestra capacidad de empatía.

¿Qué pensáis de esto? ¿Compartís las conclusiones de estos estudios? Independientemente de que esta afirmación tenga una base científica o no ¡ leer nos hace felices !

Razones para leer podríamos dar muchas, libera nuestras emociones: alegría, tristeza, cólera, miedo, sorpresa, amor... Nos permite conocernos mejor, conectar y ponernos en la piel de otros/as. Nos hace recordar. Permite que desconectemos y nos evadamos del mundo. Ejercita nuestro cerebro: despierta vías neuronales, activa la memoria, alimenta la inspiración y hace que surjan ideas, en definitiva nos hace crecer como personas. 

Todos tenemos algún libro favorito que nos dejó huella, o varios libros favoritos. Esos  que  apenas terminas de leer,  los dejamos cerca para echarles un vistazo alguna vez o que nos deja como huérfanos cuando lo acabamos, también pasa con algunos personajes  que nos apasionan .

 Miguel de Cervantes

(Haz clic en la frase de Miguel de Cervantes)

Escribe  ese microrrelato que nos  habla de libros, de historias.


•13:13

 

LAS MUJERES TOMAMOS LA PALABRA

Fabela tenía que salir de su casa, no podía seguir así. Hacía ya tiempo que las mujeres que conocía se habían quedado sin habla. Ella misma si acaso articulaba una preposición, un adverbio, de vez en cuando un adjetivo, pero ahí se quedada.

Todo comenzó después de las fiestas, la noche que se marcharon los músicos. Ninguna sabe cómo ocurrió, solo recuerdan que entre el asombro por lo que veían y la música que acompañaba al espectáculo, empezaron a sentir como de su interior fluían todo tipo de palabras. Veían como volaban sobre sus cabezas sustantivos, participios, verbos, incluso vocales sueltas, consonantes también, algunas en mayúsculas y otras en minúsculas casi rozando el suelo.

Junto con las palabras se marchó la magia que las mujeres tenían. Sus deseos, sus iniciativas pasaron a formar parte de la librería del fondo, donde se guardan los libros que les están prohibidos. Porque, según cuentan, las mujeres que leen son peligrosas y las que hablan más.

Se lo habían contado sus abuelas, y a estas las suyas: “las mujeres a partir de una edad mejor calladas, por eso desde chiquitas hay que enseñarles quienes tienen la palabra, por eso debemos aprender a susurrar y guardar en nuestros silencios lo que nos pasa”.

Para Fabela eso no podía ser así, y desde entonces se adentra en el bosque, siguiendo el camino que una mujer no debe tomar, por donde vio que se marchaba el carromato de los músicos con un enorme baúl en el que se podía leer “Me gustas cuando callas”.

Necesitaba saber por qué las mujeres tenían que quedarse sin voz, y estaba convencida que en ese baúl se escondían las respuestas. Tenía que conseguir recuperar una a una todas las palabras que se habían llevado, tenía que recuperar la magia de las mujeres.

En ese camino se unió con otras buscadoras de palabras que se habían hecho las mismas preguntas y con muchas más que ya habían encontrado respuestas. Entre todas empezaron a escribir, porque eso sí que hace peligrosas a las mujeres. Escribieron los porqués, los cómo, los dónde y un listado de quienes nos quieren en silencio y para qué.

Isabel Canto Fornell




•13:15

LA PALABRA

Que vengan por fin a rescatarte es lo único que puede esperar un hombre como yo, que llora.

Siempre fui un general conquistador, pero en esta última contienda solo tenía un guerrero y estaba rodeado por un ejercito de mil enemigos. Lloré desesperado en mi tienda y pasé toda la noche escribiendo una proclama final que repartí entre las líneas enemigas con palomas mensajeras. En esa misma noche se pasaron a mi bando quinientos contrarios.

Animado por el éxito, en una rápida escaramuza avancé hasta su frente, tan próximo llegué que desde una loma lancé una arenga muy inspiradora, tanto que sin luchar se me unieron cuatrocientos noventa y nueve hostiles deponiendo sus armas.

Esa noche también la pasé llorando por mi mala suerte, por solo un hombre tendríamos que pelear y ya no me quedaban más palabras. Al día siguiente tuve que desenvainar mi espada para defenderme del último enemigo. 

Un glorioso ejercito de mil hombres había salido en desbandada.

 Eugenio Barriola