•9:19



Estamos en antena



El puñetero ojo de la cerradura nos delata. Infidelidades, ojos infantiles abiertos a nuevas experiencias, juegos, risas, confidencias, encuentros, desencuentros, amigos de lo ajeno pendiente de hacer su entrada para actuar, ese que se ve pasado de copas y no atina...
Esto y mucho más desde la primera hasta la última planta . Pero no desvelaremos más intimidades. El puñetero ojo de la cerradura es una ventana indiscreta. Apaguemos la luz.

                                                 

Agueda Cantero 
•10:01

 
El bombín
 


¿Y cómo que nunca cambiaron el bombín,? pues desde que tengo uso de razón lo veía colgado en esa percha de madera, de tres pies y tres colgadores semicirculares, en un rincón de la entrada. En el seno del bombín, colgaba una taleguilla , dentro descubrí una flor “margarita de pétalos blancos y amarillos”, un lápiz de cera de color rojo y otro blanco y una pelota del tamaño de un huevo con una abertura y dos pequeños orificios, amén de una peluca rizada de color naranja. El color del bombín era rojo, con algunas pequeñas manchas blancas seguramente del maquillaje. Mis padres me comentaron que era como homenaje a un familiar, que cuando se reunían para alguna celebración solía utilizarlo con el fin de crear un ambiente de alegría y risas. Todas las parodias las realizaba con mímica de cara y manos, pues tenia cierta dificultad al hablar era un poco gangoso, aunque un día se expresó diciendo: “perdonarme que no os diga palabra”-decía. Era una persona muy seria e introvertida, pero que llegado esos momentos , se transformaba y hacía pasar momentos inolvidables.
Cierto día, cuando reunidos toda la familia, por motivo del cumpleaños de mi hermano; desaparecí y ultrajando el simbolismo, cogí todo lo referido y me fui al cuarto de baño donde me dispuse a maquillarme y colocarme todos los útiles; una vez acabé me encontré totalmente distinto, incluso en mi forma de ser y de expresarme. Cuando salí, cogí la tarta y solicité que apagaran las luces,fue entonces cuando encendí la vela que simbolizaba los cinco años de mi hermano y, entré en el salón, cantando -feliz, felíz en tu día. Jamás se me olvidarán las expresiones de los rostros de toda la familia,quedaron perplejos, pues recordaban a aquella persona tan querida transmitiendo alegría y felicidad. Todos rieron y cantaron a modo de coro. A partir de ese día, cogí el relevo y siempre disfrutaba caracterizándome y realizando las parodias; tanto en estas reuniones como en mis visitas a centros que me lo solicitaban.
¡¡ Cómo disfrutaba !! 

Paco Moreno
•9:37



La clase



Estábamos en clase esperando el relevo del profesor de matemáticas y en el revoloteo normal, doña Regla dijo:


- A mí me tenéis que hacer caso, soy la Regla y tengo una figura muy recta,  el Transportador habló diciendo:


-Yo era también recto pero me doblaron y ahora soy la mitad de una Circunferencia, y también soy importante.


El Cartabón respondió:

  - Yo soy más importante, tengo tres lados y tres ángulos.

La Escuadra entonces dijo:

- Dejaros de tonterías, la más perfecta soy yo. Tengo tres lados, uno largo y dos iguales y también tengo tres ángulos

-Sí, sí, le dijo el Cartabón, y además con nombres muy feos. Hipotenusa y Cateto y para colmo dos.

Ella contestó:

- Bueno, pero soy la única que tiene un teorema con el nombre de un señor muy importante, llamado Pitágoras, que dice que el lado más largo, la Hipotenusa, es la suma de los otros dos lados llamados Catetos al Cuadrado. ¡Fijaros que importancia tengo!

Todos callaron y se sentaron agachando la cabeza.

De pronto, doña Escuadra se pronunció:

-Chicos, no preocuparos, al fin y al cabo todos somos necesarios y nadie imprescindible.

Desde ese día juntos juegan contentos en el mundo de la geometría.


                                                                                    


                                                                      Mª José Urbano Delgado                                                                                                                             


 



 


•9:50


Asesinos



¿Por qué demonios sus dueños los han abandonado en ese inhóspito lugar?
Sus miradas nobles se cruzaban una y otra vez buscando una respuesta. Llevaban varios días en aquel campo vallado, sin alimentos y sin agua.

Ellos que habían corrido en los mejores hipódromos del mundo, que habían ganado innumerables premios para sus amos. Ahora se sentían abandonados, olvidados y viejos, cuando más necesitaban cuidados y en cambio… estaban en la nada.

Anochecía cuando oyeron el ruido del motor de un coche que de pronto se acercaba, los dos corrieron contentos, dejando atrás sus pesares. Baja un hombre, desconocido, que le echa algo de pienso que se desparrama por el suelo. Ellos con sus hocicos gruesos tratan de comerlo. Se oyeron dos disparos.


                                                                          

Marisa Camacho
•9:39


Humillada


Me besa con suma conciencia para no equivocarse,
¿Cuándo perdí mi alegría?¿ Dónde se fue? ¿Se marcho a trompicones, con cada carcajada muda, con cada conversación sin termina o sin empezar.
Más bien me siento humillada y avergonzada pues no he sabido cuidar de lo único que es mío, mi esencia , mi yo.

                                                                      

Ana Clara Mateo









•9:21



EL SOBRE




Cada vez que hablaba del último sobre rechazado, pensaba que era lo mejor que hacía, actualmente había empezado una nueva vida, se sentía libre, era persona, podía decidir por si misma. Lejos estaban aquellos días de sufrimiento y sometimientos, tratada y pisoteada como un trapo viejo. Intuía que si leía una sola letra de esa carta iba a caer otra vez, que le iba a creer, porque incomprensiblemente sabía que con el maltrato que había recibido estaba enganchada a él.

                                                                              

Ana María Marrero
•9:14

 EL BALCÓN


Pero nunca, sin saber bien por qué, dejarán de mirar hacia arriba, hacia el balcón. Ese balcón que siempre estuvo tan lleno de vida y que ahora son solo dos puertas viejas cerradas, una barandilla resquebrajada donde no reposa ya ningún brazo y unas persianas verdes descoloridas, desvencijadas...

                                                                          
Carmen Hidalgo