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Había llegado septiembre y me propuse que todo iba a cambiar, se acabaron los días vacíos, la tensión cotidiana, que no comprendía. Me senté a su lado y le dije que ya no aguantaba más, después de cinco años juntos sabía que yo en aquel matrimonio no pintaba nada, me iba de mi casa y lo dejaba.
Mi marido se derrumbó me suplicó que lo entendiera, que no tuvo la valentía suficiente para explicarme, como tampoco la tuvo para explicárselo a sus padres, cuando una sociedad machista, le exigía que para tener un empleo como el suyo, y pertenecer a una familia de la alta sociedad, tenía que comportarse según los cánones establecidos durante toda la vida, casarse y fundar una familia.
!Bien sabe Dios que lo intentó!, me quería muchísimo, pero estaba enamorado de otro hombre y jamás había experimentado felicidad mayor a la que no estaba dispuesto a renunciar. Haciendo un esfuerzo sobrehumano intenté comprenderlo, lo conocía y sabia lo que sufría.
Al mismo tiempo, a cuantas personas más les queda pasar por este calvario.
Creo que mientras estén condicionando a niños y niñas desde que nacen con colores, juegos y roles de comportamiento, esto que és tan antiguo como la vida misma no se acabará mientras no lleguemos a alcanzar una sociedad igualitaría para hombres y mujeres respetando sus derechos sexuales sin ideas homófogas ni machistas.
Mi marido se derrumbó me suplicó que lo entendiera, que no tuvo la valentía suficiente para explicarme, como tampoco la tuvo para explicárselo a sus padres, cuando una sociedad machista, le exigía que para tener un empleo como el suyo, y pertenecer a una familia de la alta sociedad, tenía que comportarse según los cánones establecidos durante toda la vida, casarse y fundar una familia.
!Bien sabe Dios que lo intentó!, me quería muchísimo, pero estaba enamorado de otro hombre y jamás había experimentado felicidad mayor a la que no estaba dispuesto a renunciar. Haciendo un esfuerzo sobrehumano intenté comprenderlo, lo conocía y sabia lo que sufría.
Al mismo tiempo, a cuantas personas más les queda pasar por este calvario.
Creo que mientras estén condicionando a niños y niñas desde que nacen con colores, juegos y roles de comportamiento, esto que és tan antiguo como la vida misma no se acabará mientras no lleguemos a alcanzar una sociedad igualitaría para hombres y mujeres respetando sus derechos sexuales sin ideas homófogas ni machistas.
Mercedes Gómez