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EL COLOR DEL VACÍO
Sí papá, pero, ¿y
esas?, ¿también quieres que las triture?
José
sin decir nada asiente con la mirada, mientras mira
resignado el reloj de su padre. Se da media vuelta y se
sienta junto a María. Su amor de siempre. El de toda la
vida. A la que según él se le han metido carcomas en la
cabeza que el tiempo alimenta para devorarle la memoria. Por
eso José, no quiere correr riesgos y anda destruyendo las
agujas de reloj. Para detener el tiempo. Para que no
avance. Y que a María, no le demuelan sus recuerdos,
aquellos que celosamente ha guardado toda una vida, los que
hoy sin ella quererlo, se les despintan de sus colores
sepia; quedando sólo el color del vacío.
Mercedes Revuelta.
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