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Más tarde, con el tiempo, plantaremos un árbol en este lugar, dijo con una cínica sonrisa el comandante de la aeronave. Ahora (continuó hablándole al copiloto) pulsa el botón y suelta el "huevo". Tras cumplir éste la orden y oprimir aquella especie de palanca roja, se notó un brusco balanceo de la nave a la vez que soltaban la carga, teniendo el piloto que sujetar fuertemente el cimbreante mando y forzarlo hacia la izquierda. Un ligero cosquilleo se apoderó de toda la tripulación, a la vez que el Enola Gay efectuaba un rápido giro en planeo.



Francisco Javier Payán



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