•9:54


Secretos inconfesables

El puñetero ojo de la cerradura estaba dándole que hacer. Cierto que hacía meses que no usaba la llave, distintos enfrentamientos y asuntos de negocios hicieron que su ausencia fuese mayor de lo habitual, pero ello no era óbice para que la maldita llave no girara en el ojo de la cerradura.
Desesperado por la impotencia, miraba a su cándida, fértil y obediente esposa en señal de ayuda. Ella, sin embargo, con sonrisa picarona callaba guardando para sí el secreto, su amante, su confesor había sustituido el cinturón de castidad.
José María Barrios


•9:46

Pensión Triana.


El puñetero ojo de la cerradura, fue el causante de mi desgracia, la desavenencia de mi pareja, la ruptura de la sincronía. Alicia la nieta de la casera, era una chica dulce, de exuberante juventud que desataba pasiones olvidadas en mí, aún sin quererlo. Cuando de madrugada la tarima de madera crujía bajo sus pies descalzos, la cerradura de mi puerta me atraía como la tierra a la luna, enfermo de la luz que desprendía su cuerpo. Todo ello a escondidas del recelo de su abuela, costurera empedernida y de sueño frágil. Pero aquella noche de cerradura clandestina y nubes de tormenta, fue especialmente dolorosa, cuando note que la aguja de ganchillo oscurecía el pasillo dejándome huérfano de mirada…

Luis Barriga

•9:34


GANCHO

¡Cuánta fuerza y qué poca puntería! Suspendidos encima del cuadrilátero no pueden parar de tomarse la vida con desacierto. Una lectura dramatizada del espacio rememora el encuentro entre Juan y El Chato, un joven que vivía cerca del puerto. En una sinfonía de ráfagas, el ring como amenaza y el ring como  sustento, la figura de la esquina cobraba sentido. Sobre la lona entre cuerdas, materia prima, observa y respira. El boxeo es una metáfora de la vida, en la cual se lidia esquivando los golpes.

Juan Carlos Canto
•9:39



LA ESCUELA DE ESCRITORES



    Si puedes soñarlo, puedes hacerlo
    Sin duda, pero tengo responsabilidades que me atan aquí ahora y me impiden hacerlo en estos momentos.
    No te preocupes, ya te llegará,tu sigue en el empeño.

Esto es lo que hablábamos en clase el curso pasado y ahora estoy aquí escribiendo y expectante ante la posibilidad que se me brinda de la Escuela de Escritores en Madrid, con unas jornadas de puertas abiertas que va a celebrar proximamente. Son pocas plazas, pero ¿ seré seleccionada?
He hecho lo que se esperaba de mi, mover ficha y ya está puesta sobre el tablero.
Si falto a clase los próximos días estaré en Madrid pletórica y ávida de aprender.
Si nos vemos y estoy leyendo el ponte a escribir, es que tendré que seguir soñando y sin duda, si puedo soñarlo es que algún día podré hacerlo

Carmen Hidalgo

•9:31



El Objeto


Al abrir el contenedor, se dio cuenta de que estaba empezando a olvidar el nombre de las cosas, lo notó, cuando encontró una bolsa. Asunta, no sabía cómo llamarla, pero sabía que servía para meter algo, se imaginó al momento que podría guardar su vida. Inundó su mente el recuerdo del pasado, vagando como una hoja en un mar de olas y dejándose llevar por ellas, pero no lograba saber que nombre darle a aquello. Era una mujer de mediana edad, de tez pálida y ojos tristes, castigada por la sociedad y por su familia que la había abandonado. En un momento, lejanamente contempló que su vida estaba vacía, sí, vacía, como la bolsa del contenedor.
Mª José Urbano Delgado