•13:52


LOS DÍAS DEL RECUERDO.

Y le manchaba de harina al entregarle el paquete que, cada mañana, al alborear el día, enviaba al siguiente lugar de la lista. Aquella interminable lista que su abuela le había entregado poco antes de su muerte.
Fue allá por mil novecientos setenta y dos. Aún mantengo vivo el recuerdo, del primer adiós que guardo: su cuerpo, yerto, en la cama del hospital; mi mano acariciando su mano fría. Pero lo guardo junto a los de mis paseos en verano, durante las vacaciones, en las que me llevaba como lazarillo, para entretener mis mañanas en la plaza, entre recados.
Viven en nosotros, vivirán mientras vivamos. Ahora que se acercan esos días de limpieza y flores.

                                                                                  

Vicente Dìaz

•13:31



MIEDO A LO DIFERENTE


Al otro lado de la ventanilla, en un pueblo cualquiera del profundo Marruecos, el aire tiene color gris, allí donde cientos de ojos de halcón acechan a la presa incauta, bullen en el caos. El miedo a lo incomprensible casi traspasa mi cristal, mi barrera, mi protección. Si se cruzan nuestras miradas, atisbo el desafío. El colorido de la frutas resaltan sobre Niqab, Chilabas y Burkas, grises y negros. Me giro sobre mi sillón de piel, acaricio mi botella de agua fresca, estoy protegido en mi burbuja occidental.

¡Acelera! Es la mejor medicina para la empatía.

                                                                                      


José Antonio Rodríguez
•13:22


 MI ABUELO

Aquel día de verano de 1945 mi abuelo se enamoró de mi abuela. Ella se bañaba en enaguas en el río y él miraba con la cabeza gacha , casi sin querer mirarla. Él era tímido y menudo . Ella extrovertida y voluptuosa. Por eso pensaba que nunca se fijaría en él. Un día ella se acercó,  tomó su mano y nunca la soltó.

                                                             


Juana María Gandiaga

•13:08


AQUEL DÍA DE VERANO DE 1945



Me trae recuerdos inolvidable. Fue el despertar al amor. Era una adolescente llena de inquietudes y de vida.
Surgió de pronto, como ocurren las cosas importantes, sin pedir permiso. La playa, el calor el corazón que se muestra receptivo a los nacientes sentimientos que se descubren.
¡Qué sonrisas, qué dulces sueños, qué nueva sensaciones desconocidas hasta entonces!
Todo acabó, como acabo el verano, como finaliza la adolescencia. Pero el amor se queda arraigado en nuestro interior, nos va modelando y enriqueciendo hasta convertirnos en la persona que somos hoy día.

                                                               



Marisol Acuriola

•13:46


 La duda

 
Poco antes de que los domingos fueran amargos, tuve que enfrentarme con mi soledad. La tristeza y la melancolía me invadían y los recuerdos de mis seres queridos asaltaban mis noches transformando mis sueños en terribles pesadillas, cual si fuese un preludio anunciador de los muchos horrores que estaban por llegar.
En este mundo que habito, ya no existen domingos ni días de la semana. Aquí en fin, desde que el sol dejara de lucir, impera la oscuridad más absoluta y tenebrosa. Hace frío, mucho frío. Sin embargo, percibo una sensación de bienestar en mi cuerpo que estas malditas tinieblas no me dejan ver.
Si esta sensación de bienestar que siento es la muerte, no deseo estar por más tiempo vivo.

                                                            

José María Barrios
•13:36



La Mar


Poco antes de que los domingos fueran amargos, paseábamos por las playas. Aquel domingo, las olas que tanto os gustaban, os abrazaron sin dejaros regresar.

                                                         
Francisco Javier Gómez
•13:24



EL JARDÍN 




El lápiz con el que ella, cada mañana, se lo dibujaba lo guardaba celosamente como un tesoro, junto al cuaderno repleto de corazones, florecillas, ovejitas en el prado y el firmamento cuajadito de estrellas. Eran los recuerdos más tiernos que conservaba de María, su hija.

Todos los jueves de cinco a siete nos sentamos las dos en un banco del jardín, yo abro mi cajita de madera y juntas miramos los dibujos uno a uno hasta que nos avisan que la hora de visita acabó.

                                                             




CARMEN GALLARDO







•13:18



LOS DÍAS DEL RECUERDO.

Y le manchaba de harina al entregarle el paquete que, cada mañana, al alborear el día, enviaba al siguiente lugar de la lista. Aquella interminable lista que su abuela le había entregado poco antes de su muerte.
Fue allá por mil novecientos setenta y dos. Aún mantengo vivo el recuerdo  del primer adiós que guardo su cuerpo, yerto, en la cama del hospital; mi mano acariciando su mano fría. Pero lo guardo junto a los de mis paseos en verano, durante las vacaciones, en las que me llevaba, como lazarillo para entretener mis mañanas en la plaza, entre recados.
Viven en nosotros, vivirán mientras vivamos. Ahora que se acercan esos días de limpieza y flores.

                                                                                          
Vicente Díaz