•9:26


Como tantas veces había hecho de niño, esperé con cierto miedo a quedarme solo en casa: miré por la ventana, y mi mirada la seguía hasta que cruzó calle abajo.
Comprobaba cada rincón de la casa, y por fin estaba a solas conmigo. Subía las escaleras hacia mi dormitorio, y al entrar corrí el cerrojo. Todavía seguía sintiendo el mismo terror que cuando era niño.
Abrí el armario y aparte a un lado mi uniforme, con sus condecoraciones, para poder sacar la caja, que junto con su llave, guardaba mi mayor secreto. Frente al espejo desnudo, me quedé mirándome, estaba atrapado en este cuerpo.
Abrí la caja, saqué el vestido, los tacones y el carmín pero...debía darme prisa, pues mi mujer no tardaría en llegar.


Carmen Crespo Marco



This entry was posted on 9:26 and is filed under . You can follow any responses to this entry through the RSS 2.0 feed. You can leave a response, or trackback from your own site.

0 comentarios: