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VISITANTES
Me pareció divertido
mientras fui una niña, aquellos visitantes a los que yo abría la
puerta, entraban cabizbajo a la sala donde mi madre los esperaba y
salían siempre con cara relajada, algunos con sonrisas y otros
locuaces, le daban un dinero a ella y a mí algunas pequeñas
monedas.
Cuando adolescente, ya no
era tan entretenido ver ese trasiego de gente. A mi modo de ver, me
robaban tiempo de estar con mi madre y contarle mis pequeños
problemas de pubertad.
Ahora, adulta, con una
licenciatura en la mano y a punto de salir de mi casa, entiendo que
mi madre, sin estudios, abandonada por mi padre y con dos niños a su
cargo, tuviera que ganarse la vida de esta forma...ella era una buena
PITONISA.
Pilar Perdices
1 comentarios:
final inesperado