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Verano de 1945



Aquel día de verano de 1945 el último, un veintidós de Septiembre. Aquella mañana mientras ultimaba el equipaje, imaginó como sería su vida y se estremeció. Ahora no se volvería atrás, tenía veintitrés años y salir de la miseria era su prioridad.
La tragedia de su existencia en aquel país se prolongó veinte años. Regresó con arrugas profundas en su rostro, sienes hundidas, plateadas, una mano detrás y otra delante. Su vida, en ningún momento hermosa, estuvo llena de tropezones, caídas y fronteras.



Ana Clara Mateo
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