ENTRE
SONRISAS
Como
un bigote a lo antiguo,
asió un mechón de la larga y abundante cabellera de su hija pequeña
y, frente al espejo, se lo colocó encima del suyo –fino y
pulcramente recortado-; luego, recomponiéndolo, lo puso sobre su
frente en actitud jocosa intentando tapar la calvicie.
“¡Qué feo estás, papá!”, dijo la mayor asomándose tras ellos. Apoyada en la puerta, su tercera hija sonreía, divertida, mientras contemplaba la escena que se repetiría a lo largo de sus vidas; esa y tantas otras… Él era así, y sus hijas le adoraban.
“¡Qué feo estás, papá!”, dijo la mayor asomándose tras ellos. Apoyada en la puerta, su tercera hija sonreía, divertida, mientras contemplaba la escena que se repetiría a lo largo de sus vidas; esa y tantas otras… Él era así, y sus hijas le adoraban.
Mariló Lozano
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