El
tiempo que pasa
Atormentada por su pasado,
Verónica, miraba a través de la ventana como caía la lluvia y se
deslizaban las gotas por los cristales. Se calentaba en el brasero
constantemente por el temblor que sentía en su cuerpo. Llegaba ya el
atardecer y en un momento tranquilo, apareció sigiloso su marido y
con agrado le comentó: "deberías airearte un poco" el estar
encerrada todo el día dándole vueltas a la cabeza, sòlo te hace
daño. Aquello ya pasó y ahora tienes que mirar hacia adelante, tú
no tuviste la culpa.
Mª José Urbano
1 comentarios:
Enhorabuena por tu primer escrito publicado, sigue haciéndolo que lo haces genial.Mil besos😘😘😘 M.Carmen