•13:54



Sombras


Esperó hasta dormirse y soñó con otra Navidad, con todas las personas que por su vida habían pasado, sin ausencias, sin rencores, sin culpables, en armonía, como si no existiera el factor tiempo, donde podía juntar a todos, aunque hubiera gran diferencia de años entre sus nacimientos, de aquellas personas que no conocía y tanto oyó hablar, y de las que le seguirían y que con probabilidad no conocería. Esa Navidad virtual. 



                                                                       

 
Montserrat Martinez
•13:48


MIEDO


Esperó hasta dormirse y soñó con otra Navidad, la que vendría después, las anteriores habían sido tan felices siempre, recordaba ese calcetín colgado, cerca de la chimenea colmado, desbordado de regalos y casualidad, casi todos eran para mí. Pasar las hojas del calendario, día a día, mes a mes, se me antojaban eternos, quería una más.

Sigo soñando con otra Navidad, después de muchas pasadas, tantas, que las he metido en un rincón de mi memoria, como si estuvieran en un saco, he cerrado éste con nudos fuertes, esos recuerdos, mis tesoros, no escaparán.

Ahora duermo menos por la edad y los sueños no son tan dulces, a veces me cuestiono si deseo que llegue otra Navidad.


                                                                             


Maria Luisa Martin
•13:36


AROMA



Si las sensaciones fueran tan auténticas y reales como las que sentí ayer , mi alma volvería a renacer, me sentiría niña otra vez. Me propuse ordenar y limpiar el trastero aunque hacía mucho calor, sudé bastante (cosa rara en mí pues apenas si lo hago) cuando por fin terminé, lo único que se me apetecía era una ducha, sentir el agua jabonosa y fría correr por mi cuerpo, limpiándolo y aromatizándolo con el olor del gel de romero.

 Buscaba mi ropa interior en el cajoncillo donde las guardo, al hacerlo percibí un olor muy conocido y añorado, traté de localizarlo, miré por la ventana, viendo el naranjo que me regalo mi madre, fue entonces cuando lo supe, me recordaba a ella, era mi olor tan igual al suyo que lo sentí dentro como si siguiera viva en mi, su aroma se quedó conmigo.

¡ Madre que te fuiste de mis brazos en esa madrugada tan oscura. !
Ayer como para aliviarme, envíaste a mis recuerdos tu olor en esa calurosa tarde de verano, me sentí como cuando era niña, oliéndote, si era exactamente el mismo olor. Tu sudor al contrario de muchas personas era dulce y acariciante, olor a protección, a cariño, a amor ¡ Qué gran regalo me hiciste al dejarme lo que siempre me unió tanto a ti, tu tu aroma


                                                     


Marisa Camacho
•13:23

  Otra tarde más





Blanca como cada tarde después del almuerzo se pierde entre los utensilios de cocina, los deja caer de golpe al limpiarlos, suspira, se irrita con la cesta del pan que siempre se resiste a entrar en el pequeño mueble, 30 largos años juntos, en esos momentos de sus vidas ella quiere presente, él deja pasar el tiempo.

Cuando ella coloca milimétricamente la planta en el centro de la mesa del comedor, Fabio ya ha entrado en el letargo de cada tarde, engullido en el verde sofá.

Lo observa, sus marcadas arrugas, su pelo escaso. Al verlo cabecear ante la inercia de la posición adoptada,, le parece mucho mayor. Otro suspiro.

El aire se hace paso, no sin dificultad, en su pecho, sus pasos apesadumbrados la acompañan al dormitorio, donde descubre sin asombro, a un fornido hombre en su pulcra cama.

De inmediato la requiere con unos vivos y bellos ojos, que le desarman al instante cualquier atisbo de inapetencia.

El temor que siente al saber a su marido en la habitación contigua, se desvanece con una pasión que envuelve sus sentidos durante años adormecidos.

De repente irrumpe Fabio en su dormitorio y ella … se inquieta, se encoje, y al tocar en una furtiva caricia sus propios labios, se estremece, volviendo....bruscamente a la realidad.





Pilar Ricoy