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Hasta mañana
Vuelven a ser invisibles, otra vez y sin tener opción de elegir. A algunos les servirá para descansar, pero otros esta tarde no han actuado.
Hoy David se encaprichó primero con el osito Buby, lo abrazó, lo mordisqueó, hasta que lo lanzó a una esquina inaccesible para él, entonces los miró a todos y escogió a Bola, la pelota de trapo de colores del parchís y estuvo un buen rato mordisqueando su etiqueta hasta que se le escapó. Cuando todos los demás juguetes esperaban ser el próximo elegido, se abrió la caja y una gran mano los atrapó y de nuevo los hizo invisibles.
                                                                       
Margarita de Prado
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