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El siguiente
Como cada día durante los últimos 34 años , Montse se dispuso a abrir la ventanilla de admisión que aquella mañana estaba especialmente concurrida.
Poco tiempo antes se había levantado sigilosamente de la cama para despertar a su marido, se tomó un café, miró distraídamente hacia el fregadero de la cocina que aún tenía los platos sucios de la cena.
Cuando por fin se marchó hacia la parada del autobús iba pensando, soñando quizás en qué haría si le tocara la primitiva que había hecho el día anterior.
La mañana transcurría lenta y pesadamente, Montse charlaba con algunos usuarios habituales y su voz cansada repetía una y otra vez: “El siguiente”
Poco tiempo antes se había levantado sigilosamente de la cama para despertar a su marido, se tomó un café, miró distraídamente hacia el fregadero de la cocina que aún tenía los platos sucios de la cena.
Cuando por fin se marchó hacia la parada del autobús iba pensando, soñando quizás en qué haría si le tocara la primitiva que había hecho el día anterior.
La mañana transcurría lenta y pesadamente, Montse charlaba con algunos usuarios habituales y su voz cansada repetía una y otra vez: “El siguiente”
Nieves Gabriel
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