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¿Dónde estás?
Sigo observando mi trocito de cielo a través no solo de mis ojos, sino también con el pensamiento y otras veces desde mi corazón.
Unos días veo la grandeza del Sol, otros, la belleza de la luna, las luces parpadeantes que nos regalan las estrellas, las figuras que imagino formadas por nubes blancas, la dura tempestad, la suave calma.
Pero no es nada de eso lo que busco allí arriba, miro y remiro y no lo veo, no lo encuentro, nunca está y aunque lo llamo, nunca aparece.
¿Dónde estás? ¡Hay tanto desarreglo que arreglar¡
Unos días veo la grandeza del Sol, otros, la belleza de la luna, las luces parpadeantes que nos regalan las estrellas, las figuras que imagino formadas por nubes blancas, la dura tempestad, la suave calma.
Pero no es nada de eso lo que busco allí arriba, miro y remiro y no lo veo, no lo encuentro, nunca está y aunque lo llamo, nunca aparece.
¿Dónde estás? ¡Hay tanto desarreglo que arreglar¡
Juan Pino
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2 comentarios:
Tal vez, muchas de esas cosas que hay que arreglar dependan solo de nosotros mismos; tal vez, "eso" que buscas esté en todo aquello que observas y más cerca aún de lo que imaginas: en tu corazón.
Me ha alegrado mucho encontrarme con este relato, enmarcado en "la eterna cuestión", que, haciendo honor a su título, ha hecho que me reencuentre con su entrañable autor.
Un abrazo.
A mi me gustaría creer en el todopoderoso, lo llamo y no viene, le pido y no responde, quisiera que aquello que me han contado de tantos y bonitos milagros volvieran para arreglar tanto desaguisado, tanta injusticia, tanta maldad, tantos aprovechados, pero está ausente, no resuelve y me temo que no resuelve porque es un cuento que me han contado. Más pena para mí, más dolor para los que padecen tanta injusticia. Enfermedades, dolor, pobreza, injusticia, mientras otros rien y festejan su suerte. El otro no está para arreglarlo. Que pena.