BORRAR LAS HUELLAS
Deberías
airearte un poco, estas muy acalorada, le decía con sarcasmo cada
vez que tenían un enfrentamiento.
Ella,
cansada de aguantar su carácter hostil y machista, decidió
complacerlo y se fue a la playa.
La
tarde de aquel diáfano día de primavera y su mágica y prodigiosa
puesta de sol la acompañaban dándole fortaleza. Paseaba descalza
por la orilla, sintiendo el aire acariciar su jovial rostro y
observando como el astro rey se iba ocultando.
En
sus huellas iba dejando caer los motivos de su infelicidad para que
el mar los borrara para siempre.
Isabel
Vieira
6 comentarios:
Perdona Isabel, estoy haciéndome con la página y por fin lo he conseguido.
Ahí va:
Es uno de los relatos que más me gustan de todos. Ojalá el mar se lleve todo lo que molesta. Al menos es agradable la sensación de pisar la arena mojada y ver cómo desaparece lo que piensas en cada paso que damos.
Perdona Isabel, estoy haciéndome con la página y por fin lo he conseguido.
Ahí va:
Es uno de los relatos que más me gustan de todos. Ojalá el mar se lleve todo lo que molesta. Al menos es agradable la sensación de pisar la arena mojada y ver cómo desaparece lo que piensas en cada paso que damos.