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El Objeto


Al abrir el contenedor, se dio cuenta de que estaba empezando a olvidar el nombre de las cosas, lo notó, cuando encontró una bolsa. Asunta, no sabía cómo llamarla, pero sabía que servía para meter algo, se imaginó al momento que podría guardar su vida. Inundó su mente el recuerdo del pasado, vagando como una hoja en un mar de olas y dejándose llevar por ellas, pero no lograba saber que nombre darle a aquello. Era una mujer de mediana edad, de tez pálida y ojos tristes, castigada por la sociedad y por su familia que la había abandonado. En un momento, lejanamente contempló que su vida estaba vacía, sí, vacía, como la bolsa del contenedor.
Mª José Urbano Delgado

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1 comentarios:

On 18 de octubre de 2015, 20:48 , Luis Barriga Villar dijo...

Hermosa descripción, sensibilidad y empatía de una triste realidad.