•15:28
Nunca había visto ni oído una tormenta con un resplandor tan intenso y un ruido tan ensordecedor. Se levantó de la cama asustada, y se puso a mirar al jardín por detrás de los cristales de la ventana, no creía lo que sus ojos veían.
El árbol centenario que estaba en el jardín había sido partido en dos por el rayo.
Se sintió triste, porque le tenían un cariño especial. ¡Habían jugado tanto ella y su hermano a la sombra de sus ramas! ¡Se habían subido y bajado tantas veces de ella!
Se puso a pensar en su hermano. ¿Qué diría cuando se entere? ¿Sentiría lo mismo que yo?


María Benítez

This entry was posted on 15:28 and is filed under . You can follow any responses to this entry through the RSS 2.0 feed. You can leave a response, or trackback from your own site.

0 comentarios: