•12:41
Por fin el día tocaba a su fin, estaba agotada, entró en la cocina, se preparó una taza de té y se sentó tranquílamente a saborearlo, sola en silencio. Era el único momento que se podía permitir ser ella misma, no tenía que sonreír por todo, no estar pendiente de los niños, no tenía que soportar la charla aburrida de su marido y fingir que le interesaba cuando en realidad no lo soportaba.
Sonrió para sí y pensó: ¡Cuanto me hubiera gustado ser la protagonista de "Los puentes de Madison"!


Carmen Gil
This entry was posted on 12:41 and is filed under . You can follow any responses to this entry through the RSS 2.0 feed. You can leave a response, or trackback from your own site.

0 comentarios: